El 4 de julio de 1817, el Libertador vivió uno de sus momentos más
difíciles, cuando casi rodeado por las fuerzas realistas, su integridad
física corrió inminente peligro.
Liberada parte de la vasta e importante
región de Guayana el 11 de abril de 1817, gracias a la exitosa
actividad del general Manuel Piar en la batalla de San Félix, donde
funcionó exitosamente el binomio soldado-indio; los primeros con la
caballería e infantería y los segundos con lanzas y flechas
Ese
día, para escapar con vida del asedio de las tropas españolas, Bolívar y
un grupo de oficiales se lanzaron a las lodosas aguas de la laguna de
Casacoima, en el actual Edo. Delta Amacuro.
Ya seguros de haber escapado
de los realistas se reunieron en torno a una hoguera, y fue entonces
cuando Bolívar comenzó a hablar de lo que haría: liberar a Angostura, al
resto de Venezuela, a la Nueva Granada, constituir la Gran Colombia y
después independizar a Quito y al Perú.
Al
escucharlo, los oficiales se preocuparon creyendo que estaba
desvariando, incluso uno de ellos dijo: “I sin más vestido que una bata,
soñando en el Perú!”.
Este golpe nos da una preponderancia eterna, y fija el destino
irrevocablemente el destino de Guayana, Barinas y aún de la Nueva
Granada". Bolívar en Casacoima deliró sobre el futuro de la América
hispana, era el desarrollo de su Juramento de Monte Sacro.
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