El 26 de Octubre de 1864 nace José Gregorio en Isnotú, una pequeña localidad ubicada en el estado de Trujillo
en Venezuela, en la cordillera Andina, en el occidente del país, siendo
el primero de seis hermanos, hijo de Benigno María Hernández Manzaneda y
Josefa Antonia Cisneros Mansilla, de ascendencia colombiana y española
canaria respectivamente. Toda su infancia la vivió en su pueblo natal,
pues su padre era dueño de un comercio en la localidad, posición
bastante elevada para el momento.
A los trece años de edad, José Gregorio manifestó a su padre su deseo
de estudiar la carrera de derecho; sin embargo, su padre le convenció
para que estudiara medicina. Para ello tuvo que trasladarse a la ciudad
de Caracas para realizar el bachillerato.
Al llegar a la capital, inició sus estudios en el Colegio Villegas, uno
de los centros más prestigiosos de la época, dirigido a la sazón por
Guillermo Tell Villegas. Durante su estancia en este colegio, el joven
José Gregorio entabló amistad con el director y su esposa.
Hernández es autor de trece ensayos científicos sobre diversas
disciplinas, ampliamente reconocidos por la Academia Nacional de la
Medicina, de la cual fue fundador. Su trabajo reviste significativa
importancia por su capacidad como clínico de someterse al rigor del
método anatomoclínico que la escuela francesa había llevado hasta el
cénit en su aplicación (como en los casos presentados por Hernández
sobre tuberculosis, neumonía y fiebre amarilla), por su capacidad de manejar los recursos derivados de las técnicas complementarias de diagnóstico (los datos de la histología patológica, de la bacteriología, de la parasitología y de la fisiología)
para lograr una cabal interpretación de los procesos patológicos
presentes en el paciente y por su capacidad para crear hipótesis
novedosas (los datos de hematimetría en los sujetos de nuestro medio, la descripción de una nueva forma de angor pectoris de origen palúdico).
Era conocido como un profesor culto (hablaba español, francés, alemán, inglés, italiano, portugués, dominaba el latín, era músico, filósofo y poseía profundos conocimientos de teología exigente y se caracterizaba por la puntualidad en el cumplimiento de
sus deberes profesorales.
Formó una escuela de investigadores, quienes
desempeñaron un papel importantísimo en la medicina venezolana.
Discípulos de Hernández fueron, entre otros, el doctor Jesús Rafael
Risquez, quien fue su sucesor en la cátedra de Bacteriología y
Parasitología, y Rafael Rangel, considerado como el fundador de la
parasitología nacional.
En cuanto a sus creencias, era profundamente católico,
condición que nunca entró en conflicto con su labor científica, como
apunta el doctor Juan José Puigbó: Su faceta religiosa con todo lo
encomiable que sea considerada en el plano místico, no debe opacar el
inmenso aporte que realizó a la ciencia médica venezolana.
Murio arrollado por un vehiculo, Caracas, 29 de junio de 1919 hace 94 años.
Existen numerosos testimonios de personas que aseguran haber
sido curadas por el Doctor José Gregorio Hernández. La mayoría coincide
en que durante el sueño, ocurren cirugías y todo tipo de curas
milagrosas que cada día agregan más devotos a este Trujillano, que desde
su repentina muerte, ha generado un culto alrededor de su personalidad,
es uno de los personajes del siglo XX más queridos por todos los
venezolanos que ha llevado inclusive a que El Vaticano comience su
proceso de canonización.
Si
tiene pruebas de algún milagro del Dr. José Gregorio Hernández puedes
notificarlo a causajosegregoriohernandez@gmail.com o en Vicepostulación
de la causa del Dr. José Gregorio Hernández, Palacio Arzobispal, Plaza
Bolívar, apartado 954. Caracas 1010-A, Venezuela.
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